El arte de la topiaria es una práctica de jardinería que consiste en dar formas artísticas a las plantas mediante el recorte con tijeras de podar. El nombre deriva de la palabra latina topiarius 'jardinero-paisajista ornamental', creador de topia o 'lugares', una palabra griega que los romanos aplicaron también a los paisajes interiores ejecutados al fresco.
Su origen se encuentra en la jardinería de los romanos y va a continuar durante el Renacimiento italiano, llegando a alcanzar su punto culminante con André Le Nôtre, diseñador de los jardines de Versalles en 1662, que va a dar a las plantas (principalmente al boj) formas cónicas y piramidales.
Puppy de Jeff Koons en el Museo Guggenheim de Bilbao.
En el estilo de los jardines del periodo victoriano en la Inglaterra del siglo XIX, las formas utilizadas en el arte topiaria eran redondeadas, medias lunas, rombos, corazones, arcos y papallones.
Para dar la forma deseada a una planta se necesitan normalmente unos cuantos años de intervenciones, que consisten, entre otras técnicas, en utilizar muelles y armazones metálicos para guiar el crecimiento y darle formas que de otro modo no se podrían conseguir.
Cupressus en el parque del Retiro, Madrid.
Algunas de las especies vegetales utilizadas, además del boj, son las de los géneros Ligustrum (olivillas), Lantana (lantana), Lonicera (madreselvas) y Hedera (hiedra), el Prunus laurocerasus (o laurel cerezo) y el romero.
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